Polonia es una nación importante en Europa oriental y su, cuanto menos atribulada historia, nos ayuda a comprender que los límites geográficos que hoy observamos en los mapas europeos son mucho más recientes que lo que el común de la gente cree. Con el desarrollo de la guerra europea, Polonia ha tomado una importancia superlativa en las operaciones que, para sostener logísticamente a Ucrania, la OTAN ha llevado adelante.
El territorio polaco es el lugar para la concentración de medios de todo tipo para ser transportados hasta la frontera ucraniana, y al mismo tiempo un lugar donde se entrena a personal ucraniano y se hace mantenimiento de equipo, que ha sido puesto fuera de combate en la guerra y admite una intervención que le otorgue alguna capacidad de volver a ser operativo.

Las fuerzas polacas claramente están lejos, diría muy lejos, de los estándares de fuerzas europeas como las de Francia, Gran Bretaña, Italia o España y a priori deberán pasar varios años hasta que puedan alcanzar desempeños similares a los de los países recién mencionados.
Por lo mencionado hasta acá, en el marco de la guerra europea, Polonia y en menor medida Rumania hacen las veces de “santuarios” para Ucrania, tal como lo hacían a fines de los sesenta Laos y Camboya para Vietnam del Norte en su guerra contra EE.UU. (junto a Australia, Corea del Sur, Filipinas y Nueva Zelandia) y Vietnam del Sur. Sin embargo, el “santuario” polaco es relativamente más seguro que el de Camboya y Laos, pues estos últimos fueron finalmente, y con toda razón, atacados por EE.UU. En cambio, aún si en términos militares resultara razonable un ataque de Rusia sobre Polonia, esta acción probablemente desataría el involucramiento de la OTAN en la guerra.
Polonia, de acuerdo al siempre útil factbook (poland – the world factbook (cia.gov)) producido por la CIA (la agencia argenta de inteligencia dudo que pueda ubicar Montevideo en un mapa y no produce nada digno de ser tenido en cuenta), tiene FFAA de +/- 120000 hombres, con planes de llevarlos a 200000; distribuidos de la siguiente manera:
Ejército: 65000
Armada: 7000
Fuerza aérea: 3000
Fuerzas especiales: 25000 (de las tres FFAA)
Defensa territorial: 5000
Reservas: 25000
Equipos: en plena transición de materiales soviéticos y otros adquiridos a miembros de la OTAN y Finlandia.
La tropa es proveniente del servicio obligatorio y recién en mayo de 2022 optó por comenzar un servicio voluntario.
Las fuerzas polacas claramente están lejos, diría muy lejos, de los estándares de fuerzas europeas como las de Francia, Gran Bretaña, Italia o España y a priori deberán pasar varios años hasta que puedan alcanzar desempeños similares a los de los países recién mencionados.
Aquellos que piensan que Rusia busca expandirse por Europa luego de terminar su campaña en Ucrania, tienen en la debilidad polaca un motivo para alarmarse sin dudas, más allá de su pertenencia a la OTAN, pues en caso de una acometida rusa su territorio sería devastado en el proceso de detener al invasor, tanto por la acción de sus FFAA junto a las de la OTAN en operaciones convencionales y muy posiblemente por el empleo de munición nuclear táctica.
Sin embargo, hay quienes que, como yo en casi absoluta minoría al menos en la tierra argenta, creemos que Rusia no busca avanzar sobre Europa por razones que he explicado ya muchas veces pero que resumo en dos aspectos:
-Es una potencia regional y su capacidad convencional no tiene el peso suficiente para accionar en masa más allá de su “zona de influencia inmediata”
-Su disuasión hacia occidente se basa en su capacidad nuclear.
En esta mirada, repito minoritaria, Rusia no atacará con sus fuerzas convencionales a Polonia en la manera en que lo hizo contra Ucrania en el ahora lejano 24 feb 2022. Sin embargo, en determinadas circunstancias, el territorio polaco sí podría ser blanco de ataques rusos con misiles crucero sobre las instalaciones logísticas que mantiene en apoyo a Ucrania, en alguna de las siguientes situaciones y con diferentes “cabezas de guerra”:
Situación | Tipo de cabeza a utilizar |
Incremento de la presencia de “voluntarios” rusos entre las tropas ucranianas, en número desequilibrante | Convencional |
Comienzo de arribo a Ucrania de material que Rusia considera “más allá” de lo tolerable hasta el presente: aviones de combate – tanques occidentales 1ra línea | Convencional |
Ofensiva ucraniana que disloque operacionalmente la campaña y deje sin posibilidad de sostén a las tropas rusas | Nuclear táctica (solamente en caso que un disparo nuclear anterior contra Ucrania no detenga el avance) |
Si bien al momento de escribirse este artículo los escenarios descriptos lucen cuanto menos lejanos, los mismos en modo alguno son improbables, pues la guerra europea se juega en los “márgenes” de las condiciones que abajo detallo:
-Un objetivo político ruso que es para ellos vital para la supervivencia del país (no importa acá cómo lo percibe el lector, sino como lo hace Moscú).
-Declaraciones oficiales de la OTAN absolutamente contradictorias: “no estamos en guerra con Rusia” “no es aceptable una victoria de Moscú”.
-Declaraciones también oficiales de Rusia catalogando a la OTAN como al menos cobeligerante en la guerra.
-Absoluta certeza de que, sin la ayuda exterior, Ucrania hubiera sucumbido meses atrás.
El carácter al menos “opinable” de la relación de las naciones que apoyan con armas, capacitación y “contratistas” a Ucrania coloca a la situación polaca en grave riesgo, pues una escalada final en la guerra, sea por intención de la OTAN o de Rusia, es probable que lleve a que Polonia sufra una devastación al menos similar a la que Ucrania viene sufriendo hasta el momento.

El carácter al menos “opinable” de la relación de las naciones que apoyan con armas, capacitación y “contratistas” a Ucrania coloca a la situación polaca en grave riesgo, pues una escalada final en la guerra, sea por intención de la OTAN o de Rusia, es probable que lleve a que Polonia sufra una devastación al menos similar a la que Ucrania viene sufriendo hasta el momento.
Tiendo a observar a esta guerra europea como algo que pudo haberse evitado años atrás y con liderazgos diferentes especialmente en EE.UU. Sin embargo, hoy estamos en una situación donde no aparecen ni siquiera intenciones de una solución pacífica, sino más bien de apostar que se puede escalar en la presión, logrando que Rusia se retire y capitule como el imperio alemán en 1918… no creo que ello suceda, y veo probable que la escalada lleve a un verdadero desastre inimaginable. Uno que lleve a la vieja Polonia a vivir el peor momento de esa historia atribulada que mencioné al comienzo del artículo. Los invito en el cierre ya, a observar la exposición de John Mearshimer dada en Londres hace pocos días, sobre la peligrosidad de la situación que hasta acá describimos. Su realismo resultará insoportable a las almas bellas, pero me parecer que atender a su mensaje es útil en tiempos donde la apelación al sinsentido y a la emoción sin fundamentos se expande por todos lados.