Este artículo tratará sobre la actual guerra en Yemen, sin profundizar en sus causas, sino que buscaremos ver el intento de Irán de “rodear” a Medio Oriente en un juego de pinzas que busca desestabilizar a la región. Claramente lo que trataremos está lejos de Argentina, siempre en nuestra mirada absolutamente aislada del mundo real. Sin embargo, los lectores de Faro Argentino, se caracterizan por tener una aproximación mucho más amplia que aquella que nuestra decadente agenda propone. Con ellos en vista escribimos lo que sigue.

Toda guerra civil tiene tendencia a su internacionalización y es lo que ocurre en Yemen
La guerra civil que estalló en 2014 en Yemen, cuando las milicias Houthi se levantaron contra el régimen imperante de Abdrabbuh Mansu Hadi, el cual en modo alguno era un dechado de virtudes, pero cuando tratamos de los gobiernos autocráticos de esta parte del mundo debemos aproximarnos a ellos con un enfoque realista de las cosas: Suelen ser un mal menor en comparación con los que pretenden hacerse del poder; y hoy Yemen es un país donde la guerra se prolonga sin que haya una solución a la vista y simultáneamente, tal como ocurre en Siria, el territorio yemení es actualmente un mosaico de zonas controladas principalmente por algunos de estos amistosos grupos:
- Al Qaeda de la Península Arábiga (AQAP): Es la franquicia del Al Qaeda que opera en esta zona del mundo.
- Houthis, también conocidos como Ansar Allah (Partisanos de Dios): operando en el Norte de Yemen. Reciben apoyo total de los ayatollas medievales de Irán, utilizando a su Guardia Revolucionaria (IRGC) como el nexo para el adiestramiento, provisión de armas y otros apoyos como el financiero.
- El Estado Islámico (ISIS) opera en Yemen con agenda propia, tanto contra el gobierno yemení como contra los Houthis, aunque no ha logrado crecer de manera importante.
Como saben quienes me siguen, soy de la firme opinión de que toda guerra civil tiene tendencia a su internacionalización y es lo que ocurre en Yemen. ¿Por qué sostengo esto? Pues sencillamente porque las guerras civiles generan un gigantesco vacío de autoridad o al menos el ejercicio de ella está severamente cuestionado y cuando ello ocurre ese territorio constituye una potencial amenaza a sus vecinos, pues esa inestabilidad puede propagarse más allá de sus fronteras. Es por esa razón que diversas naciones árabes han prestado su apoyo económico, logístico y de tropas para, no ya derrotar a los grupos insurgentes, algo que seguramente se pensó como factible en etapas iniciales, sino para contener a la guerra civil dentro de los límites del territorio yemení.

Debemos mirar el apoyo de Teherán a los Houthis con un foco que sea más amplio que uno centrado en Yemen, sino que mire el Medio Oriente en general.
Esto último que menciono, es duro claramente, pues no evita que la guerra civil se prolongue sine die, sin embargo, es absolutamente razonable desde el punto de vista de las naciones vecinas las que, en diferente medida, han ya sacrificado sus soldados y algunas siguen haciéndolo; en un conflicto que deben resolver los yemeníes. Mantener esa guerra civil contenida contribuía a evitar la desestabilización de los vecinos y con eso la probabilidad que la guerra se expandiera.
Esa situación de tratar de encorsetar la guerra en Yemen está siendo fuertemente tensionada con los ataques misilísticos contra Emiratos Árabes Unidos o bien contra Arabia Saudita. Como es sabido, esas acciones son llevadas adelante por los Houthis, que no es que han desarrollado tecnología propia, sino que sus medios son proporcionados por Irán. Y acá es donde debemos mirar el apoyo de Teherán a los Houthis con un foco que sea más amplio que uno centrado en Yemen, sino que mire el Medio Oriente en general.
Los líderes medievales iraníes están llevando adelante una acción de doble rodeo de la Península, entre digamos el Mediterráneo Oriental y el Golfo de Adén. Cuidado, no estamos hablando acá de fuerzas iraníes de magnitud, sino de esfuerzos estratégicos que buscan desestabilizar la región. En el Sur se hace a través de lo que venimos explicando respecto a los Houthis, y en el Norte con Hezbollah en el Líbano, en Siria y por supuesto en el apoyo a los terroristas de Hammas en Gaza.
En una mirada inicial podríamos decir que los ayatolas se han mostrado muy hábiles en tanto a su capacidad de proyectar poder a través de grupos terroristas y de esa manera ejercer presión en el Medio Oriente y mostrarse como un actor al que las distancias no son obstáculo para llevar adelante sus acciones. Sin embargo, quien esto escribe, tiene una percepción bien diferente de esto. La acción que describimos de parte de Irán es bien conocida en Medio Oriente, y la misma es observada en espejo con la búsqueda de un arma nuclear por parte de la teocracia iraní.

No hay ninguna posibilidad que una intervención de fuerzas regulares en Yemen, Gaza o el Líbano proporcionen mayor seguridad a Medio Oriente, todo lo contrario.
Irán puede sonar como una suerte de campeón del antiimperialismo en las afiebradas mentes de los seguidores del fascistoide movimiento nacional y popular de nuestras playas, que reúne una pléyade interminable de admiradores de los más execrables tiranos que el mundo contemporáneo nos ofrece, así como odiadores sistemáticos de Israel; pero los mismos son, tanto por su ignorancia como su irrelevancia política, un hato de personajes entre pintorescos y peligrosos solamente para nosotros y en modo alguno una referencia para entender que sucede en Medio Oriente.
La realidad es que Irán es visto en la totalidad de Medio Oriente, con excepción de Qatar, como una amenaza a ser contenida en primera instancia o derrotada cuando ello sea necesario. Veamos cómo esto funciona a nuestro juicio.
- Israel es el único actor absolutamente confiable para todo Medio Oriente en condiciones de enfrentar y derrotar a Irán de manera devastadora si fuese necesario. Los países árabes confían mucho más en la garantía implícita que Jerusalén claramente emite tanto por sus políticos como por las acciones encubiertas que lleva adelante y las abiertas que no duda en llevar adelante. Estados Unidos en su Pivot al Asia en los hechos reconoce esta situación y no se esperan de Washington acciones directas contra los ayatollas. Esto ya no es incluso necesario. Israel posee sobrada capacidad para ello, de allí el acercamiento de las naciones árabes hacia Israel.
- La contención a Irán tanto en el caso de la guerra en Yemen como en su eje de acciones Norte, se da a través de operaciones encubiertas tanto de Israel como de las naciones árabes, especialmente estas últimas en Yemen o bien por medio de abiertas operaciones militares de castigo sobre blancos de las milicias Houthies. En el caso de la guerra civil yemení, es aconsejable que la contención se limite a estas operaciones y no se escale sumando tropas árabes más allá de lo necesario para evitar la expansión de la guerra. Israel seguramente aporta inteligencia estratégica y operativa para Emiratos y arriesgo que la presencia de operaciones especiales israelíes no deben ser novedad alguna en Yemen, pero debe evitarse ingresar en la sangría que esa guerra puede ofrecer. No hay ninguna posibilidad que una intervención de fuerzas regulares en Yemen, Gaza o el Líbano proporcionen mayor seguridad a Medio Oriente, todo lo contrario.
- La destrucción es algo que Irán enfrentará sin dudas, y de manera devastadora, si en el delirio místico de sus ayatollas llegan a estar al borde de realizar una prueba nuclear en su territorio o en el de otro que le preste espacio para tal locura. Y menciono locura porque Israel no puede tolerar la posibilidad que Irán cuente con un arma nuclear, sin que al hacerlo ponga en duda la supremacía de Jerusalén en ese campo. La única posibilidad de poner en riesgo la existencia de Israel es la de un Irán nuclear. Todo el discurso rimbombante de los ayatollas y sus esbirros respecto a pulverizar Israel con las armas que cuentan actualmente es material para el consumo de sus seguidores sumidos en una ignorancia enternecedora, pero muy alejadas de la realidad son todas esas declaraciones. La realidad indica que ningún sistema a disposición de Irán puede enfrentar un ataque israelí con sus armas que destrucción masiva, esas que Jerusalén no niega ni afirma tener… Si ello no ocurriese, es decir si Jerusalén no ofreciera seguridad a Medio Oriente de que Irán será detenido antes de alcanzar un arma nuclear, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita e incluso Egipto hace tiempo estarían lanzados a la obtención de su propia arma nuclear.
Yemen es una dolorosa muestra de lo que la inestabilidad y la falta de realismo pueden causar en ciertas naciones árabes donde sus autoridades no encuentran caminos razonables para encausar demandas de modernidad y combinarlas con las profundas tendencias conservadoras de buena parte de sus poblaciones. Al mismo tiempo es un recordatorio que Irán, al menos mientras su teocracia siga conduciendo sus destinos, estará siempre acechando para desestabilizar, generar fricciones y atentar contra la paz. Lección que desafortunadamente, nosotros, en nuestras tierras, parece que ni siquiera nos convoca a nada a pesar que Irán dos veces derramó la sangre de argentinos en nuestro territorio y la afrenta sigue impune, sin que nos duela. Otro fuerte indicio de nuestra decadencia.