La falta de autoridad de Alberto Fernández ganó un nuevo episodio: funcionarios desoyeron sus pedidos respecto de las vacaciones. Alberto Fernández cerró el 2021 con un pedido de austeridad, y como gesto, exhortó a sus ministros y secretarios de Estado a no tomarse vacaciones. Lo cierto es que, lo que en su visión eran viajes relámpago los fines de semana y de bajo perfil, se terminaron transformando en un dolor de cabeza.

En el gabinete nacional los desafíos están a la orden del día, cada funcionario se cobija detrás de su jefe político.
La primera en romper la voluntad del presidente fue Luana Volnovich, titular de PAMI, quien se encontraba vacacionando en el caribe mexicano. Lo llamativo de la cuestión, era que estaba acompañada de su número 2, Martin Rodríguez. Lejos de transformar esta nota en un chimenterio, y más allá de los trascendidos respecto a su cercana relación, dejaron al organismo nacional sin firma.
Inmediatamente después del caso Volnovich, se conoció que otro funcionario vacacionaba en el exterior. Se trataba de Jorge Ferraresi, Ministro de Vivienda y Vicepresidente del Instituto Patria, que se dio una vuelta por Cuba. Hasta ese momento los trascendidos no venían por parte de los “albertistas”, pero sorpresivamente, se conoció que uno de los hombres de mayor confianza del Presidente había vacacionado en Uruguay. Claudio Moroni, Ministro de Trabajo, vacacionó durante quince días en el país vecino.

Ni Volnovich ni su segundo fueron desplazados, dejar un organismo nacional tan clave para la vida de los jubilados parecería que en este país no tiene ningún costo. Alberto Fernández no puede “picarles el boleto”.
Con el paso de las horas se minimizaron las particularidades acerca de Ferraresi y Moroni. El primero había pedido permiso al Presidente, y el segundo tiene una propiedad en La Paloma en donde vacaciona por lo menos hace veinte años. Sin embargo, con Volnovich no había un pedido formal y, como mencionamos oportunamente, con la ausencia de su segundo ¿Quién firmaba? Oportunamente, alguien deberá investigar si es que Rodríguez estaba vinculado con Volnovich antes o después de asumir el PAMI. Sería un nuevo escándalo que la titular haya designado a su pareja como segundo a cargo.
A LA VUELTA NO PASÓ NADA
Ninguno de los funcionarios sintió en algún momento que sus días en la gestión estaban en peligro. Es costumbre en el gabinete nacional que los desafíos estén a la orden del día, cada funcionario se cobija detrás de su jefe político y el presidente recibe los avisos de continuidad por parte de ellos. Alberto Fernández no decide. Para muestra basta un botón, y el caso Basualdo contra Guzmán es la prueba cabal. Recordemos que el Subsecretario de Energía línea Cámpora no había cumplido con la tarea respecto a las tarifas que le había encomendado el Ministro de Economía y le solicitó la renuncia. Con el pasar de las horas, nunca se concretó el desplazamiento. Ni Volnovich ni su segundo fueron desplazados, dejar un organismo nacional tan clave para la vida de los jubilados parecería que en este país no tiene ningún costo. Alberto Fernández no puede “picarles el boleto”, el gabinete es coordinado “en las sombras” por los jefes de cada sector. Nadie sale ni nadie entra, mucho menos si es del riñón de la vicepresidente.