Si uno piensa en el Ejército Ruso, casi de inmediato vienen palabras tales como: inmenso – brutal – pésimos mandos – tácticas torpes. Esos calificativos y otros eran bastante precisos a la hora de observar ese ejército que había fracasado en Afganistán y su deterioro crecía al mismo ritmo que la URSS implosionaba, producto de sus inconsistencias, corrupción y gigantesca ineficiencia. El desafío de Chechenia en 1994 sirvió de marco para evidenciar que el Ejército Ruso, ya claramente ruso, era un verdadero desastre. Pésimamente conducido, cometiendo errores groseros como el célebre de empeñar masivamente tanques en Grozny sin que los mismos operaran en conjunto con infantería, produciéndose una derrota que constituyó quizá el punto más oscuro del Ejército Ruso desde la invasión nazi de 1941. Profundicemos un poco este aspecto.

Cuando los nazis invadieron la entonces URSS de Stalin, el Ejército Rojo era el resultado de las purgas que el dictador soviético llevó adelante en 1937. Brillantes oficiales fueron encarcelados, fusilados o defenestrados por cargos que la paranoia persecutoria del régimen pergeño.
Cuando los nazis invadieron la entonces URSS de Stalin, el Ejército Rojo era el resultado de las purgas que el dictador soviético llevó adelante en 1937. Brillantes oficiales fueron encarcelados, fusilados o defenestrados por cargos que la paranoia persecutoria del régimen pergeño. Quizás la purga haya sido un éxito en establecer al camarada Stalin como la figura indiscutible en la URSS, pero hizo del Ejército Rojo una fuerza conducida más por adoradores de Stalin que por profesionales. Eso llevó a que, entre el 22 junio de 1941, momento de la invasión y digamos arbitrariamente la destrucción del 6to ejército alemán en Stalingrado el 02 de febrero de 1943, el Ejército Rojo sufriera una larga serie de derrotas, no pocas de ellas verdaderos colapsos de características masivas, que en algún momento hicieron pensar que la URSS podía ser derrotada. Bien sabemos que eso no ocurrió, por dos razones fundamentales:
- El profundo sentimiento de pertenencia del soldado del Ejército Rojo, que lo hacía poseedor de un nivel de resiliencia que muy pocos pueden mostrar.
- El darwiniano, si darwiniano, proceso de aprendizaje que el Ejército Rojo emprendió desde la invasión de 1941 para aprender a hacer un nuevo tipo de guerra y obtener los conductores eficientes que la misma demandaba; sistema de guerra que muchos de los purgados por Stalin ya habían estudiado. El costo en sangre de este proceso es sencillamente incalculable.
Ya durante la etapa final de la Guerra Fría, el colapso de la URSS se hacía sentir no solamente en el calamitoso estado de la economía sino en el Ejército Rojo, cuestión que se incrementó exponencialmente durante los anárquicos tiempos que siguieron al fin del sueño soviético y la constitución de una Rusia que carecía de los Estados vasallos que formaban el Pacto de Varsovia.
Putin es claramente un autócrata, pero no es un obtuso como si lo fueron los líderes de Moscú desde al menos Nicolás II hasta Yuri Andropov. La Rusia que lidera es mucho más estable y fuerte que la URSS de los años previos a su implosión y el Ejército Ruso es algo bien distinto de aquel que rendía honores en la Plaza Roja a los capitostes soviéticos.
Ejército Rojo Soviético | + 3.550.000 hombres |
Ejército Ruso | +/- 280.000 hombres |

La Rusia que lidera Putin es mucho más estable y fuerte que la URSS de los años previos a su implosión y el Ejército Ruso es algo bien distinto de aquel que rendía honores en la Plaza Roja a los capitostes soviéticos.
Los números nos hablan de una fuerza militar terrestre reducida si tenemos en cuenta que Rusia es el país más extenso del planeta, sin embargo, el Ejército se ha reconvertido en un instrumento militar terrestre que pone el acento en la calidad por sobre la cantidad, algo que entre nosotros se habla poco, muy poco. Rusia para su ejército ha apostado a maximizar aspectos tales como:
- Capacidad de proyectar fuerzas de manera expedicionaria.
- Mejorar dramáticamente la calidad del equipo individual del soldado.
- Potenciar sus fuerzas aerotransportadas y su infantería de marina.
- Mejorar todos los sistemas de comunicaciones en los diferentes niveles.
- Mejorar la integración con el resto de los servicios armados.
- Potenciar sus fuerzas especiales.
- Incrementar las capacidades resolutivas de los mandos menores.
Todos los aspectos mencionados, generan una sinergia que hace del Ejército, una fuerza como dijimos relativamente pequeña, altamente letal y con una envidiable capacidad de respuesta para operar lejos de su territorio con solvencia y un sostén logístico que muy pocas naciones poseen. Al tiempo que como otros ejércitos Occidentales se fomenta el orgullo por campañas del pasado y se exalta al mismo como una proyección del presente, respaldada en el campo de adiestramiento no en los discursos… De allí que se mantenga esa tradición de llamarlo Ejército Rojo, cuando el comunismo en modo alguno es el motor de Moscú, algo que tampoco parece ser muy conocido en nuestro país.
El resto de las FFAA rusas han acompañado este proceso de modernización, el cual se hace muy evidente en su flota de mar, especialmente en la submarina; y en la fuerza estratégica nuclear, totalmente renovada. Este conjunto de las FFAA rusas, con el Ejército Rojo en ellas, no es una fuerza pensada para que Moscú tenga el nivel de aspiraciones globales de la URSS, las que en el fondo hoy sabemos que no contaban con los medios para sostenerse. Es una herramienta adecuada, muy adecuada para los intereses de Rusia hoy, que están en las fronteras occidentales, el Asia Central, el Mediterráneo Oriental, parte de África y el Extremo Oriente de sus fronteras. En términos reales, Moscú hoy cuenta con un instrumento mucho más confiable para sus políticas y eso hace de Rusia un país a toma extremadamente en serio, siempre.