Política

Australia camino a tener submarinos nucleares: ¿qué hay detrás?

China y su creciente poder militar es la base de ese cambio en la orientación estratégica de Washington y Londres

Compartir:

Confieso que al escribir esta nota sobre los submarinos nucleares de Australia encuentro una forma de escapar de nuestra mediocridad, pequeñez y falta total de una agenda desafiante. Así que vayamos a Australia a ver qué pasa con esos subs, que generaron una comedia de enredos no menor entre Australia y Francia. Veamos el marco de todo ello.

Los que me siguen en FARO ARGENTINO o en mi cuenta en twitter ya están al tanto del «pivot al Asia» de EEUU o de la versión de UK denominada «al Este de Suez». China y su creciente poder militar es la base de ese cambio en la orientación estratégica de Washington y Londres, aunque no solamente de ellos.

Asistimos a un acto de crudo realismo por parte de Washington en circunstancias en que su salida abrupta de Afganistán genera interrogantes sobre su compromiso con aliados, especialmente en relación a China.

El «riesgo» de una China militarmente poderosa más allá de sus fronteras es percibido por otras naciones como Australia, que viene tomando medidas para incrementar sus capacidades militares (relativamente pequeñas pero eficientes) y alianzas para atender esa amenaza. Detengámonos un poco en esto.

Australia es una isla gigantesca, en el sur del Pacífico, con vecinos amigables en sus cercanías. Si estuvieran ellos bajo el liderazgo de nuestro movimiento nacional y popular, seguramente adoptarían las ideas de una defensa defensiva esperando que alguien con bandera tremolante y tambor batiente los atacase para, ahí sí, usar sus FFAA.

Afortunadamente para los australianos, esas miradas decimonónicas nunca tuvieron mucha aceptación y entienden acabadamente que su seguridad depende precisamente de evitar que la guerra llegue a su territorio. De allí que no esperan a que, en este caso China, se haga del control del Pacífico para defenderse, sino que buscan fortalecer sus FFAA para que las mismas puedan integrarse a otros países que compartan su mirada y de esa forma generar capacidades que contengan la amenaza china en un futuro. Sí, estimados lectores, en los países serios se mira a largo plazo, no al martes de la semana entrante. Sigamos.

Entre las medidas para fortalecer el instrumento militar australiano, Canberra planificó la construcción de Submarinos convencionales (Subs) franceses por U$D cincuenta mil millones. Sí, tener defensa creíble no se logra con discursos rimbombantes. Los Subs serían construidos por la empresa francesa DCNS, con propulsión no nuclear, pero estarían a la vanguardia de lo que la tecnología diésel ofrece; mejorando sensiblemente las capacidades de los Subs Colllins en servicio en Australia desde 1996 hasta el presente. De nuevo, nótese que Canberra está empeñada en la renovación de sus Subs que llevan en servicio como máximo 26 años. Ese programa ha caído con el pacto AUKUS, entre los ya nombrados EEUU, UK y Australia, que le permitirá a este último país adquirir la tecnología para desarrollar Subs de propulsión nuclear. Los Subs nucleares le permitirán a la Armada Real Australiana una capacidad de operación en el Pacífico de meses para cada patrulla, mayor velocidad para atravesar la inmensidad del espacio oceánico y enormes capacidades para interactuar con otras fuerzas navales en operaciones contra China.

Ahora bien, ¿por qué dio este paso Australia sabiendo que Francia se vería afectada por el tema de sus Subs? Australia es importante, al menos desde mi perspectiva por varias razones. En primer lugar, por constituirse ella misma en una gigantesca zona donde poder concentrar capacidades logísticas, instalaciones portuarias y servicios de reparación navales y otros aspectos críticos en caso de una crisis que escale con China.

Además, está más alejada que Corea del Sur, Japón o Filipinas del territorio chino, dando todavía mayor relevancia estratégica al territorio australiano. Y el tema de una Australia con Subs nucleares amplia en un grado superlativo las capacidades para poder tener presencia en la vastedad del Pacífico, algo relevante cuando debemos considerar que UK y EEUU tienen otros despliegues de ese tipo de buques en otras aguas, especialmente en el Atlántico Norte, donde la idea de una Rusia que se encuentre contenida por sus actuales fronteras es algo que no pocos ponen en duda.

¿Y qué pasa con Francia? París tiene toda la razón para sentirse ofendido, aunque creo que es algo que de alguna manera se compensará. Francia es un aliado estratégico de EEUU y, como vengo mencionando en otros trabajos, desarrolla una labor crítica para la lucha contra los terroristas en África, así como en la defensa europea y del Mediterráneo Oriental. Sin embargo, si bien tiene intereses en el Pacífico y creo que en el futuro también incrementará su presencia allí, claramente no es un actor comparable a lo que Australia representa en esa zona.

El «riesgo» de una China militarmente poderosa más allá de sus fronteras es percibido por otras naciones como Australia, que viene tomando medidas para incrementar sus capacidades militares y alianzas para atender esa amenaza.

Asistimos entonces a un acto de crudo realismo por parte de Washington en este terreno, uno no menor, en circunstancias que su salida abrupta de Afganistán genera interrogantes sobre su compromiso con aliados, especialmente en relación a China. Y de parte de Australia, una reafirmación que sus intereses nacionales están relacionados a una fuerte alianza con EEUU, única potencia en capacidad de contener per se a China, y con Londres, la antigua capital colonial que, a pesar del tiempo y la distancia, sigue jugando fuerte muy lejos de sus fronteras.

Ahora sí, podemos volver a la atrapante agenda local, la que para nuestro regocijo está siempre plagada de las viejas noticias que en un loop decadente se repiten una y otra vez, en un largo y espiralado tobogán que nos lleva a la nada misma.

Compartir:

Recomendados