Política

Mientras todos miramos a Ucrania…la guerra empieza en otra parte

El oleoducto Nord Stream 2 tiene el potencial para alterar el panorama geopolítico en Europa en los próximos años.

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Bella figlia dell’amore, schiavo son dei vezzi tuoi (Hija hermosa del Amor, soy esclavo de tus encantos)

De momento toda nuestra atención recae en la tensión creciente o eso parece sobre la frontera ruso-ucraniana, a la que no son ajenos los movimientos de Bielorrusia. Los movimientos de tropas, las declaraciones del Kremlin y la Nato fijan nuestra atención allí, igual que cuando la soprano interpreta su aria principal, nos distrae de los movimientos de su tenor enamorado y de los malos pasos del celoso barítono. Pero esta vez debiéramos prestarle no poca atención a los aires que entona el contrahecho Rigoletto, y menos a los escarceos de Gilda e il Duca di Mantova.

Vladimir Putin, ni bufón ni jorobado, continúa su hábil método de multiplicar las presiones sobre Ucrania y Occidente en múltiples frentes. Ha movilizado importantes contingentes militares para ejecutar operaciones militares a gran escala –ejercicios o no- en el límite contra Ucrania. Y mientras fijamos nuestra atención allí en otra parte del escenario está aprovechando la influencia de Rusia sobre los recursos energéticos de Europa –especialmente el gas- y promoviendo a través de su Sparafucile Lukashenko la escalada de migrantes de Bielorrusia contra Polonia, un país de la OTAN. Todos estos movimientos son parte de una campaña diseñada deliberadamente para apoyar las reclamaciones más específicas que Putin está dirigiendo a Occidente, principalmente la abdicación permanente de una mayor expansión de la OTAN y su apoyo militar a Ucrania. Lo más probable es que no ponga en marcha la invasión que ha preparado –sin fecha, ni orden final de ejecución-, pero su voluntad de emplear su método de amenaza conjunta con un variopinto equipo de  herramientas de influencia para obligar a Occidente al reconocimiento formal de la soberanía de Rusia sobre los ex estados soviéticos constituye su decisión más firme.

En este sentido Nord Stream 2 es un instrumento fundamental para el logro del objetivo y siempre lo ha sido. Constituye una amenaza para la seguridad europea y para la independencia de Ucrania, atacando en lo inmediato su economía. Este oleoducto tiene el potencial para alterar el panorama geopolítico en Europa en los próximos años. Se hace necesaria la oposición firme y conjunta de la UE a que Nord Stream 2 inicie operaciones. Es allí donde se desarrolla la escena principal de la tragedia.

Acto Primero:

Della mia bella incognita borghese toccare il fin dell’avventura voglio (Quiero rematar mi aventura con mi bella burguesa desconocida)

El transporte del gas es un proceso fundamental que permite su distribución final en los hogares. Las fuentes de gas natural rusas están en Yuzhno-Rússkoye, Yamalia-Nenetsia, Óblast de Tiumén, en la península de Yamal, golfo del Obi – estuario del Taz y el yacimiento del Campo de Shtokman. El plan ruso es que todo el producido de estos sitios se comercialice a través de Nord Stream en el mar Báltico y en parte a través del nada despreciable South Sream del Mar Negro. Lo más interesante es que los extremos del gasoducto son Vyborg en Rusia y Greifswald en Alemania –lo que pone a los germanos en el centro del problema-. Obviamente su cliente principal es la bella incognita borghese Europa.

El proyecto fue producto de un acuerdo entre Alemania y Rusia que se extendió a beneficio de los países de UE. El 8 de noviembre 2011 con la presencia de Angela Merkel, Canciller de Alemania, Dmitry Medvedev, por entonces Presidente de Rusia, Mark Rutte, Primer Ministro de los Países Bajos y François Fillon, Primer Ministro de Francia se inauguró la primera línea del gasoducto Nord Stream 1, lo que nos lleva a Nord Stream 2.

La ocupación de Crimea por parte de Rusia en 2015 inició una serie de sanciones  que detuvo de momento la construcción del gasoducto. Comenzó así una contienda en la que se involucran Estados, compañías técnicas y financieras de nivel mundial, movimientos ecologistas e intereses estratégicos europeos, rusos y estadounidenses. Pero sanciones son amores, el dinero es el dinero y con el frío de los europeos ningún político desea jugar. Con un gesto de rendición el Secretario de Estado Norteamericano admitió en junio de este año que no podían detener la terminación del gasoducto, mientras se levantaban sanciones a empresa y funcionarios del consorcio constructor, Merkel y Biden acordaron reservar las sanciones para el caso en que el Kremlin se dispusiera a usar el gasoducto con instrumento político, Finalmente Merkel admite que el gasoducto es un proyecto europeo. La actitud es tan ingenua y tierna como suena; Gilda se enamora del libertino Duca di Mantova, disfrazado de estudiante pobre…Y ella le cree.

En medio de la maraña de sanciones y discursos Putin terminó la construcción de la primera línea del Nord Stream 2 en junio y la segunda en septiembre. Los precios del gas en Europa subieron un 25% en noviembre. Alemania suspende la certificación del gasoducto, Lukashenko amenaza con cortar el suministro de los gasoductos terrestres, Putin desmiente a su sirviente y en medio de todo ello le explica a Europa la suba del gas de forma fascinante.

Putin señaló que Europa es responsable de la crisis del gas, ya que no suscribió suficientes contratos de entrega a largo plazo con Rusia, lo que favorece el aumento de los precios, es decir que los europeos «cometieron errores» …»Toda la política (europea) consistió en salir de los contratos a largo plazo y hoy parece absolutamente obvio» que esa posición «era errada», agregó Vladimir. Dicho esto frente a un precio que es diez veces superior al promedio del año pasado y en una época de demanda creciente e  incesante antes del invierno boreal, a lo que se añade una oferta limitada y reservas reducidas. Pero todo es culpa del “mercado” con sus alzas y sus bajas, no de una estrategia deliberada del Kremlin cuyo objeto va más allá del gas.

Acto Segundo:

La donna è mobile (La mujer es cambiante)

El caso Nord Stream 2 (NS2) es tal vez, la mejor oportunidad para rever la creencia generalizada pero inexacta de que Putin es un ogro cuya actitud autocrática y brutal no necesita de plan ni estrategia. La política de Occidente sobre Rusia no ha advertido adecuadamente que durante años los avances tácticos de Moscú apuntaban a lograr victorias estratégicas. Occidente ha desperdiciado repetidamente las oportunidades de impedir los avances de Putin a costos aceptables, registrando los logros de Rusia muy tarde, los costos de paliarlos ya resultan prohibitivamente altos. Si Estados Unidos hubiera reconocido el desafío estratégico que el proyecto planteaba podría haber generado mejores opciones para detener NS2 y si se hubiera tenido una visión más amplia del problema.

Estados Unidos impuso y renunció a las sanciones contra Nord Stream 2 AG, la compañía operadora del gasoducto, que depende del gigante estatal de gas ruso, Gazprom, en mayo de 2021. Fue cuando los funcionarios estadounidenses, con el Secretario de Estado a la cabeza afirmaron que ya era imposible detener a NS2, entendiendo además  que hacerlo podía dañar la relación entre Estados Unidos y Alemania. Ahora que el oleoducto está terminado, aún debe pasar la certificación de la Unión Europea, y fue precisamente el ente regulador alemán el que detuvo temporalmente el proceso de certificación de NS2 el 16 de noviembre, bajo el requisito formal de que Nord Stream 2 AG debe constituir una filial alemana. Frente a esto un grupo de senadores estadounidenses propuso una enmienda legislativa el 8 de noviembre para implementar sanciones sobre NS2. Es notable cómo occidente reacciona tarde y de manera descoordinada. Dicho burdamente, ¿no se hablan las naciones occidentales antes de actuar? Están librados a que la oportunidad se les aparezca y no a generarla.

Los alemanes deben proteger el suministro de gas de su población por lo que argumentan a favor del oleoducto minimizando la idea de que NS2 representa una amenaza para la seguridad alemana y europea. Ven a NS2 como una parte clave de los esfuerzos de Alemania para eliminar gradualmente la energía nuclear y carbonífera en la búsqueda de objetivos ambientales y sostienen el  derecho de Alemania a ejercer su política energética independiente, a excepción de la dependencia cada vez mayor del gas ruso y sus precios. Pero el vacío argumental tiene además una ceguera estratégica.

Los germanos arguyen que el gasoducto mejorará la seguridad del suministro de energía a Alemania proporcionando otro medio de transporte además del gasoducto que ya atraviesa Ucrania y Bielorrusia, por lo que, dicen  que no causará daño a Ucrania. Todo ello implica depender de la llave de gas que posee Sparafucile Lukashenko que ya amenazó con cerrarla y de que el Kremlin no decida cerrar los gasoductos que atraviesan Ucrania dándole un serio golpe a su economía al privarla del cobro del derecho de paso. Es comprensible que los alemanes de momento sólo vean el gas que es ver el frío de sus habitantes, pero no pueden auto convencerse de que el gasoducto es sólo eso.

Por otra parte, es poco probable que NS2 mejore la seguridad del suministro a Europa. Los gasoductos existentes tienen capacidad para que Rusia provea gas natural en la cantidad requerida por Europa. NS2 agregará capacidad y pero también redundancia. Esto podría favorecer que Alemania reduzca su uso de carbón, pero nunca fue la forma estratégica adoptada para lograr esos objetivos, otra vez es sólo oportunismo. Por otra parte todo sería así si todos los gasoductos continúan en operación.

Si EE. UU., Alemania y el resto de Europa hubieran entendido oportunamente lo que NS2 significaba y significa podrían haber desarrollado una política coherente de contención y no enfrentarían el dilema actual.

La defensa alemana de NS2 se ve influida por la aceptación de la idea del Kremlin de que los negocios son negocios y no parte de la estrategia nacional de Putin. Si pudieran levantar esa venda percibirían que NS2 nunca fue un simple negocio para el Kremlin. Lo más obvio es que NS2 abre la opción de que el Kremlin evite Ucrania, eliminando el tránsito de gas a través de es país por completo y quitando a Europa una ruta importante de provisión. NS2 suministrará gas ruso directamente a Alemania, lo que parece un privilegio, pero ello aumenta aún más el condicionamiento energético de Rusia sobre el país. Los riesgos geoestratégicos a largo plazo de empoderar a Putin al permitir NS2 superan los beneficios económicos y las ventajas de confiabilidad que Alemania cree que obtendrá de NS2

Acto Tercero:

È là il vostr’uomo. (Ahí tenéis a vuestro hombre)

El Kremlin utiliza la energía como arma y N2S no es una excepción. Apoyado en operaciones de información, el Kremlin han construido la falsa narrativa de que «los negocios de Rusia son sólo negocios» con tanto éxito, que es necesario recordar y reafirmar que el Kremlin utiliza la política energética para presionar a otros países.

Recordemos  las acciones de Putin para limitar la integración de Moldavia en la UE. El Kremlin elevó los precios del gas para Moldavia en octubre y amenazó con cortar el suministro de gas. Luego ofreció reducir los precios del gas si Moldavia modificaba su acuerdo de libre comercio con la UE, posponía las reformas necesarias para su integración en la UE y pagaba una deuda en disputa con Gazprom. Llegaron a un acuerdo sobre el gas a finales de octubre defendido por Maia Sandu, presidente de Moldavia. Moldavia pagó la deuda el 26 de noviembre de 2021. Sin embargo, el Kremlin seguirá utilizando la presión energética de Rusia como amenaza sobre Moldavia, debido a que Gazprom teme futuros atrasos ​​de pagos.

El Kremlin está aprovechando la actual crisis energética europea para forzar la certificación de NS2. Pensemos que Putin podría haber aumentado el suministro de gas a Europa cuando subieron los precios aprovechando la infraestructura disponible, pero decidió no hacerlo para operar sobre ella. Vladimir Putin pidió a Alemania que aprobase el NS2, explicando que Rusia utilizará el NS2 para expandir los suministros  a partir de que se certifique el gasoducto y se lo pueda poner en servicio. Un refinado chantaje energético y Occidente debería reconocerlo como tal.

NS2 aumenta el poder limitado de Putin que tiene pocas fuentes de poder real. Los oleoductos son otra de esas fuentes. Es posiblemente esta cuestión el punto más débil del Kremlin. Esto implica que un respaldo tácito de NS2 es contradictorio con el principio de competencia estratégica a largo plazo con Rusia descrito en la Estrategia de Defensa Nacional de EE. UU, dado que incrementa una base importante del poder de Putin.

Hay que entender que NS2 es más que un instrumento de acción económica y política; aprobar el oleoducto lo convertirá en un vector de la proyección de poder asimétrica del Kremlin. ¿Pero se puede no aprobarlo ahora? La perspectiva asimétrica del Kremlin se basa en su habilidad para expandir las capacidades de un nicho, como el comercio energético, realizando operaciones de desinformación, redes personales y coaliciones.

Con los gasoductos rusos se expanden las redes de influencia rusas. El Kremlin ya ha instaurado una red de personas que dependen económicamente de NS2 y, por ello, tienen un interés personal en el éxito del gasoducto, lo que probablemente ha potenciado el progreso de NS2. El Kremlin podrá ampliar aún más esta red si se aprueba el gasoducto, ya que más empresas e individuos alemanes se involucrarán en él y dependerán de él. No olvidemos además que en el consorcio de construcción del gasoducto hay empresas holandesas y japonesas entre otras.

Con las redes de influencia rusas facilitan el espacio para la constitución de redes de información, desinformación y sus operaciones. Estas redes de influencia promueven la difusión de relatos favorables a la política del Kremlin. Es posible que alrededor de NS2  Moscú expanda y de vida a un ecosistema de información que le permita mejorar la facultad de Rusia para moldear en los próximos años las percepciones que Europa tiene de Rusia. Estas redes y operaciones rusas dependientes de NS2 serán difíciles de eliminar una vez que se solidifiquen, dado que están afirmadas en las necesidades de la población y en intereses económicos locales y globales. Podría decirse que además de una victoria material NS2 será una victoria simbólica importante y duradera para el Kremlin.

Con una falta de tacto sorprendente o una nula visión de los riesgos estratégicos Estados Unidos y Alemania mantuvieron discusiones sobre sanciones a NS2 sin dar la suficiente participación a los Estados de Europa Central y Oriental, muy afectados por el caso. El Kremlin rápidamente levantó la falta invocando que se trata de una nueva afrenta a la soberanía de los Estados de Europa Central y Oriental, uno de los principales objetivos informativos de Putin para afirma su influencia en la región. NS2 ya ha sido y es un tema de división dentro de Europa y entre los Estados Unidos y sus socios europeos. De hecho la aprobación europea de NS2 no fue unánime: los países centrales y orientales se opusieron en gran medida al gasoducto. La refutación alemana a estas preocupaciones aumentó las tensiones dentro de la OTAN en su momento y las últimas reuniones con EEUU no han hecho más que agravarlas.

Potencialmente NS2 puede constituirse en una herramienta de inteligencia ya que le otorga al Kremlin espacios de vigilancia a lo largo del gasoducto, donde la seguridad civil es fácilmente permeable a operaciones de inteligencia táctica, estratégica y política. Este recurso proyecta la posibilidad de impulsar las divisiones dentro y entre los Estados Unidos y sus socios de la UE / OTAN, uno de los objetivos de centrales de Putin.

Si se aprueba NS2, lo que significa una resolución a perpetuidad, se dará al Kremlin el poder de presionar con el gasoducto para promover divisiones internas en el bloque occidental, pero con una legitimidad absoluta. En paralelo facilitará al Kremlin crear coaliciones incluso con países de Europa occidental a favoreciendo su control sobre Europa central y oriental, y debilitando la relación UE-EEUU, y la cohesión de la OTAN. NS2 hará más vulnerables, no más resistentes, tanto a Alemania como a Europa frente a sus socios estadounidenses, y a la competencia estadounidense con China.

La Administración de Biden renunció a las sanciones contra NS2 esperado mejorar la relación de Estados Unidos con un aliado clave como es Alemania, un objetivo importante y válido. Sin embargo para muchos este beneficio está sobrevaluado o al menos calculado a la ligera. Angela Merkel se retira y da paso a un nuevo gobierno donde el Partido Verde, que obtuvo el 15 por ciento de los votos en las últimas elecciones, se opuso a NS2, y una de sus líderes Annalena Baerbock que ocupará la cartera de Relaciones Exteriores, se opuso públicamente al chantaje energético del Kremlin y al NS2.20

NS2 provee una ventaja clara, visible y permanente en el poder efectivo de Putin. Sin embargo, no es tan claro qué ventajas concretas ha obtenido Estados Unidos al complacer a Berlín. Biden debería haber intercambiado la aceptación de NS2 por un compromiso más empeñoso alemán para defender el flanco este de la OTAN y una defensa firme de la independencia de Ucrania, al menos.

Acto Cuarto:

Deh, non parlare al misero del suo perduto bene. (No le hables al infeliz de su bien perdido)

NS2 representa un riesgo y una amenaza directa para Ucrania. NS2 pasa por alto a Ucrania físicamente y en sus intereses, y esto está claro.

Probablemente Rusia está preparando una crisis energética este invierno para Ucrania. El tránsito de gas a través de Ucrania se redujo varias veces este año. Además, detuvo temporalmente la provisión de carbón a Ucrania en octubre. Por su parte Gazprom firmó un acuerdo con Hungría que limitará aún más el tránsito de gas ruso a través de Ucrania. Y Bielorrusia ya anunció que suspendió el suministro de electricidad a Ucrania a partir del 18 de noviembre, aunque, según se informa, lo reanudó el suministro el 21 de noviembre. Ucrania también depende de Bielorrusia para una parte significativa de sus importaciones de petróleo, lo que crea una debilidad adicional a la presión del Kremlin.

Los altos precios de los combustibles ya son una fuente de tensiones sociales y políticas en Ucrania (como lo puede ser el gas en Europa). El Kremlin podría combinar esta multifacética presión energética, amplificada por el lanzamiento de NS2, para sembrar inestabilidad en Ucrania.

Otra consideración, es que el lanzamiento de NS2 podría aumentar la probabilidad de una acción militar rusa contra Ucrania. Si se reduce la dependencia de Rusia de Ucrania para el tránsito de gas también se disminuyen los controles de Kiev sobre Moscú. La estrategia global de Putin prioriza el oleoducto NS2, cuya aprobación se pondría en peligro si se iniciase prematuramente una ofensiva militar rusa abierta en Ucrania. Ese riesgo desaparece una vez que se certifique el gasoducto. Una medida inteligente de Occidente (si es que puede esperarse algo así) sería posponer o retrasar la certificación de NS2 hasta los meses de verano de 2022, cuando se reduce la presión energética de Putin, y así disminuir las posibilidades de una invasión rusa abierta de Ucrania, o por lo menos acrecentar los costos de hacerlo y sus riesgos.

NS2 no es sólo un problema europeo es también una amenaza para la política de defensa de EEUU que presenta algunos puntos ciegos en cuanto su apreciación de Rusia.

Estados Unidos ve a Putin como un oportunista, lo que le da una ventaja considerable. Al ignorar las actividades tácticas del Kremlin permite que se conviertan en ganancias estratégicas.

Putin ha demostrado permanentemente que está dispuesto a perseguir el mismo objetivo durante años y aceptar los contratiempos para avanzar en objetivos más amplios, ya sea con la afirmación de NS2, la integración Rusia- Bielorrusia o el establecimiento de una base naval en Sudán. Putin ha comprometido tiempo y esfuerzo de los funcionarios más importantes del Kremlin en NS2 durante un período prolongado, denunciando la importancia del proyecto. Esto debió haber sido una advertencia de alarma para los Estados Unidos y Alemania, de que desde el principio NS2 era más mucho más que una empresa económica.

Estados Unidos sigue malinterpretando y no comprendiendo si quiera cómo operan las asimetrías del Kremlin. Rusia amplifica sus escasas y limitadas fuentes de poder, combinándolas como las mencionadas acciones de información, redes humanas y coaliciones. Pero la mente estratégica de EEUU anclada en su propia cultura es incapaz de comprender que ese encorsetamiento es lo que la impide actuar con eficacia. Esta vez el precio puede ser ampliar una fuente de poder de Putin a perpetuidad juntamente con su expansión de información.

El error norteamericano es continuar compartimentando las actividades de Rusia, con el objetivo de enfrentar a Rusia en algunos temas mientras se involucra más ligeramente en otros, sin comprender que todos están entrelazados. Visto en conjunto NS2 siempre ha sido un proyecto geopolítico calculado para obtener una influencia adicional sobre la UE y Ucrania, no un negocio económico  simplemente. Los beneficios económicos de los proyectos energéticos son importantes para Putin, pero sirven para respaldar la estabilidad general de su  régimen, sin que se los aprecie de manera independiente.

Putin aprovecha esta compartimentación de la visión norteamericana. Concretamente, Putin utilizará el enfoque de Washington en la descarbonización para promover el crecimiento energético de Rusia y promover el gas y la energía nuclear. El Kremlin ya ha estado estableciendo operaciones de información para esta acción permitiendo a Putin colocar a Rusia como un líder mundial en descarbonización en razón de la generación de energía nuclear y de gas. Así lo aseveró en su discurso del 18 de noviembre ante el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso.

Estados Unidos debería evitar llegar a situaciones de «inevitabilidad» cuando se trata de Rusia. La finalización de NS2 puede haber sido o no inevitable en el momento en que el presidente Biden asumió el cargo. Pero si fue inevitable, se debió a la inactividad directa o actividad equivocada que desde hace mucho tiempo Estados Unidos practica, cuando debió haber establecido hace mucho condiciones de operación con sus socios y aliados contra el desafío ruso. Podría haber generado mejores opciones si sus líderes políticos se hubieran decidido por una estrategia sostenida y se hubieran comprometido más estrechamente con los socios estadounidenses en Europa. No debió permitirse que NS2 se convirtiese en un punto de discordia entre Estados Unidos y Alemania o peor, en un asunto bilateral de facto entre Estados Unidos y Alemania.

Estados Unidos cediendo a NS2 para fortalecer los lazos con Alemania es ineficaz y contraproducente, ya que debilita los compromisos y la confianza dentro de la alianza, aun cuando sea parte de un esfuerzo por hacer que la OTAN se centre en China. La política estadounidense debe fortalecer el compromiso de la OTAN en defenderse contra la continua amenaza rusa, incluyendo a todos sus miembros, esa es su función principal.

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