Política

AFGANISTAN: razones de una derrota y el futuro

¿Por qué Afganistán es relevante, siendo un país mayormente atrasado, sin aportes significativos a la comunidad internacional?

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La caída de Afganistán fue un suceso de enorme trascendencia geopolítica, pero discrepo de analistas argentinos que creen que el mismo marca la caída de los Estados Unidos como potencia global. Este artículo pretende dar mi explicación de las razones de la caída de Afganistán en manos del Talibán y finalmente cómo creo que seguirá desarrollándose esta situación en el futuro previsible.

¿Por qué Afganistán es relevante, siendo un país mayormente atrasado, sin aportes significativos a la comunidad internacional?

Quizás la explicación pase por dos vías. La primera su ubicación geográfica, donde la extensa, compleja y hasta diversa superficie de Afganistán es un enorme nexo entre el Asia Central y el Sur de Asia. Cuando decimos Asia Central debemos pensar en Rusia, pues toda esa zona es “patio trasero” de Moscú, y su seguridad estratégica en esa zona es siempre relevante. Y en relación al Sur de Asia nos aparecen Pakistán y la India como los dos actores críticos a considerar, tanto por su atávica rivalidad como porque ambos emplean el territorio afgano para combatirse, utilizando proxies y sus servicios de inteligencia.

La extensa, compleja y hasta diversa superficie de Afganistán es un enorme nexo entre el Asia Central y el Sur de Asia. Cuando decimos Asia Central debemos pensar en Rusia, pues toda esa zona es “patio trasero” de Moscú, y su seguridad estratégica en esa zona es siempre relevante.

La segunda vía para explicar la importancia de Afganistán radica en que su permanente inestabilidad, ha sido y sigue siéndolo, un “agujero negro” donde puede no solamente pueden cobijarse y generarse forajidos de todo tipo para servir a los intereses de quien esté dispuesto a pagar sus servicios, sino un espacio para producir desestabilizaciones en una zona donde los vecinos con capacidad nuclear no son pocos: China, India, Pakistán y Rusia.

¿Qué sucedió desde que EEUU invadió Afganistán a fines de 2001 hasta el momento de la retirada?  

Ensayaré un resumen de lo que a mi juicio fueron los hechos y tendencias más relevantes en veinte años de operaciones militares. Ahí vamos:

  1. A fines de 2001 sin dudas había que atacar Afganistán y destruir al talibán que había permitido que Al Qaeda tuviera un santuario (cuidado, AQ es solamente uno, sólo uno de los centenares de grupos radicalizados islámicos en Asia). Esa acción se hizo de la forma apropiada, con fuerzas especiales, acciones aéreas, operando con los muyahidines de la Alianza del Norte. Se desalojó al talibán pero este volvió a su santuario de los días soviéticos. Cruzaron la Durand Line, y volvieron a Pakistán…
  • Doce años separaban a las operaciones de EEUU de 1989, año en que las tropas de la URSS abandonaron Afganistán. Durante diez años los soviéticos habían intentado convertir al comunismo a una sociedad tribal, medieval en sus modos de relacionarse. Sabemos que los soviéticos fracasaron. Lo sabíamos en ese entonces, y lo sabían muchos planificadores en Washington. Sin embargo la creencia en que se podrían hacer las cosas distintas y tener éxito allí donde Moscú fracasó se impuso…
  • Entonces EEUU junto a sus aliados de la OTAN comienza a llevar adelante una acción gigantesca en Afganistán. Una donde se buscaba llevar a ese país del Medioevo al Siglo XXI. Todo se intentó, y no pocas cosas fueron exitosas. Las mujeres afganas lo saben bien. Nunca fueron tan libres como durante estas dos décadas.
  • En el plano militar se intentó llevar adelante las lecciones aprendidas en Vietnam, eso de «ganar mentes y corazones». La teoría es muy buena: Voy a la tribu, les ofrezco seguridad, les soluciono problemas locales de infraestructura y así. Pero hay un problema: el talibán… Si ustedes quieren aplicar esa teoría, deben tener contingentes inmensos, si inmensos de tropas propias operando de manera permanente en cuanta aldea de una tribu se encuentre dispersa en la gigantesca y compartimentada geografía de Afganistán. Esas tropas nunca alcanzaron ese nivel de masividad. Entonces en algún momento, esas aldeas deben dejarse sin la presencia de sus tropas… Y allí quien aparece es el talibán. ¿Qué hace cuando llega? Busca los traidores, los elimina, reimpone la sharia y dice que estará ahí afuera… vigilando. Esto lo hacen los talibanes con el inestimable apoyo de la inteligencia paquistaní. Islamabad tiene obsesión por Afganistán. Mira a ese territorio como crítico para su estrategia contra India (prometo una nota al respecto). Entonces en el SW de Pakistán les permite tener refugios, acceder a sostén logístico, formar muyahidines, adoctrinar y volver a Afganistán, una y otra vez. A lo largo de veinte años. Esto con el conocimiento de todas las capitales occidentales (hasta yo lo conozco…); pero nadie quiere romper totalmente con Islamabad. Tiene armas nucleares y es aliado de Beijing. Conviene en esa mirada aceptar la duplicidad de Pakistán que al menos combate a algunas facciones del talibán…
  • Entramos así en una etapa en la que sabemos que no tenemos tropas suficientes, que los talibanes tienen santuarios en Pakistán que aceptamos siempre existirán. Empezamos a comprender que esto no termina bien. Hace años que los planificadores saben que no termina bien. Quien claramente veía esto e intentaba cambiar la dinámica fue el Gral Stanley McCrystal. Durante Obama fue designado comandante de todas las fuerzas en Afganistán. Tenía clara idea de lo que sucedía. Comprendía que había que modificar el enfoque. Negar el acceso a Pakistán, mejorar dramáticamente la condición de seguridad de las aldeas. Tenía el estado mayor para llevar adelante eso. Gente disruptiva, pero imprudentes. Se hicieron amigos de un periodista de The Rolling Stones Magazine y este los acompañaba 24×24. En un artículo para la revista publicó cosas que ellos decían sobre errores políticos de Washington respecto a la guerra… Claramente el relevo era lo que se imponía y es lo que sucedió.
  • Las ideas se fueron con McCrystal y sus muchachos, y lo que vino después fue apostar a un as utilizado en Vietnam… Uno que allí fracasó. Se denominaba la «vietnamización de la guerra», es decir preparar a las fuerzas locales de tal manera que ellas se valieran per se para operar y así sacar a las tropas de EEUU y sus aliados, dejando que estas llevaran adelante la lucha. No es una mala idea. Ni en el tiempo de Vietnam ni en este Afganistán que tratamos ahora. Todo lo que piensen se hizo para esas fuerzas afganas: los mejores instructores, equipo militar que en estas playas no ven ni siquiera en un película, cursos en el extranjero, generar una fuerza aérea con medios contrainsurgentes muy aptos (un aplauso para los Supertucanos de Brasil que fueron parte importante de la misma, lección para Argentina: Si no se logra vender lo que se produce en Defensa, es que lo que se desarrolla es inútil), capacitación para los oficiales, y un enorme etcétera!! Sin embargo faltó un detalle. Uno clave. La fuerza militar que se creó no estaba en espejo con el poder político que conducía Afganistán: corrupto, inoperante, desentendido de las necesidades de la población y de sus soldados. Esa herramienta militar no tenía una conducción política ni por asomo a la altura del desafío. Entonces la fuerza militar afgana tomó el ejemplo de sus políticos. Corrupción, indolencia, arreglar con los talibanes para no ser molestado, proteger el cultivo del opio y su salida con los talibanes…
  • En un cuadro de situación como el que describimos, se hacen los acuerdos de Doha entre la administración Trump y los talibanes. Acuerdos que en los hechos son el reconocimiento que no habrá victoria militar y solamente busca protegerse a las tropas mientras se retiran; pero atención solamente a las tropas de EEUU  no a las del gobierno afgano. Esos acuerdos claramente mostraban un futuro sombrío para Afganistán. Sus corruptos líderes políticos y muchos de sus militares no podrían sostenerse y menos viendo que su aliado gozaría de protección del talibán mientras que ellos no. Biden heredó la situación y tenía dos opciones: se retiraba de una vez o reforzaba tropas para prolongar una situación irremontable. Su opción fue acertada en términos realistas, aunque criticable en las formas, fundamentalmente en la comunicación tardía a sus aliados occidentales. Pero debe decirse, no había otro camino que el retirarse.

¿cuán diferentes son estos talibanes de aquellos expulsados en 2001?

Las almas bellas abundan en Argentina, donde la fantasía del “volvimos mejores” fue consumida como un opiáceo colectivo con la finalidad de hacer que los indicios sufrieran una suerte de sortilegio que tornaran en bravos corceles a vulgares ratones. Lo mismo sucedió en relación al talibán. Se escucharon cosas tales como: “aprendieron de los duros años de lucha”, “tienen líderes muy sofisticados y de enorme apertura mental”, “veremos el aporte del talibán a la comunidad internacional” y otra larga serie de sinsentidos propios de quienes aspiran a que la dureza de los hechos cambie con los discursos. El talibán no es otra cosa que una expresión más, de las muchas que los bárbaros a lo largo de la historia han tomado. Y utilizo ese término sin ambages, para referirme a personas

  • Que sostienen que la mujer no debe educarse.
  • Que la ley coránica es lo que debe imperar.
  • Que toda libertad es vista como nociva.
  • Que la diversidad cultural es una peste.
  • Que los avances en el conocimiento son siempre malos.

Estos no son los musulmanes que convivían con un Maimónides. No son los que construyeron la Alhambra ni Andalucía. No son los que miraban a las estrellas ni los que usaban las matemáticas. No son quienes leyeron a los clásicos. Son bárbaros y detestan la libertad.

Pero además son absolutamente ineptos para administrar acabadamente el territorio de Afganistán, lo que hace que el mismo se torne en un lugar donde nuevamente pueden ocultarse diversos grupos terroristas, tanto para entrenarse como para planificar operaciones; y todo ello sin que los talibanes puedan impedirlo o bien directamente con su apoyo, ya que no existe una estructura monolítica de conducción.

¿Qué significa para la región esta situación?

Como mencionamos antes, a nuestro juicio Afganistán es nuevamente un “agujero negro”  en términos geopolíticos. Es decir un espacio enorme donde el poder no está claramente establecido, sino que es una suerte de sustancia fluida que puede acomodarse a diversas situaciones. Esto es fundamentalmente una pésima noticia para China y Rusia. Hasta la caída de Afganistán era EEUU el que tenía el peso de tratar de encontrar una situación de algún mínimo grado de estabilidad en ese territorio, y hoy ello ya no sucede. En su lugar se encuentra el talibán, el que es tan confiable para Beijing y Moscú como una promesa de pago de ciertos gobiernos de nuestras playas. En esa situación China y Rusia deben buscar manera de lograr esa mínima seguridad en Afganistán, de manera abierta con acuerdos con el talibán y encubierta con operaciones de inteligencia que les permitan vigilar a los grupos terroristas que pueden cobijarse en territorio afgano y golpear en Asia Central o hacerse presentes en la provincia Xinjiang en apoyo a los Uyghures radicalizados. Pero algo similar aplica a India y Pakistán. Ellos a través de us servicios de inteligencia hace tiempo operan para desestabilizarse mutuamente. El RAW de India fomentando a los rebeldes baluchis desde territorio afgano y el ISI pakistaní apoyando al “retoño taliban” Lashkar e Taiba que hace de las suyas en India. Como vemos un panorama sumamente esperanzador.

¿Qué podemos esperar que suceda en Afganistán en el futuro inmediato?

Washington está férreamente enfocado en su Pivot al Asia, donde China es el objeto de atención, pero cuidado, EEUU es una superpotencia, y no permitirá que un nuevo ataque a su territorio sea llevado a cabo desde Afganistán, algo que si logró en su prolongada campaña en ese territorio. Y lo mismo aplica para Francia, el Reino Unido, Italia, Alemania e Israel. Esto significa que en Afganistán ocurrirán, ya deben estar sucediendo, toda serie de “operaciones especiales de inteligencia” enorme eufemismo para todo tipo de operaciones negras destinadas a buscar y destruir organizaciones terroristas con el empleo de fuerzas especiales, aviones de bombardeo y drones. En ese sentido, Afganistán se parecerá a lo sucedió durante la guerra civil en Líbano o la actual en Siria: Todos los que pueden hacen operaciones especiales encubiertas buscando preservar sus intereses. Es inevitable. Lo interesante, es que quizás la necesidad de evitar malos entendidos, lleve a que haya una suerte de colaboración entre todos los países que nombré más China, India, Pakistán y Rusia, de manera que haya un modus vivendi en Afganistán.  Claramente, no vislumbro un escenario de un Afganistán pacífico y en armoniosa relación con el mundo. Para fantasías, nuestra playa es una fuente inagotable, el mundo allá fuera no lo es.

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