Política

Los intereses rusos: Ucrania y más allá la inundación

Vladimir Putin está demostrando que el siglo XXI es más manejable bajo la luz del pensamiento y acción política de los príncipes renacentistas, que con las fórmulas políticas en boga

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Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos. Maquiavelo

El mundo moderno es muy complejo, o al menos eso creemos. No voy a negar que el entramado de relaciones, hechos y circunstancias que lo constituyen presente un escenario fácil para desplazarse en él, sin embargo creo que lo hacemos más complejo pretendiendo gobernarlo con las mismas reglas y herramientas que lo construyeron. Como lo denunciaba Einstein “El mundo que hemos creado es un proceso de nuestro pensamiento. No se puede cambiar sin cambiar nuestra forma de pensar.” Es ese el camino real para enfrentar la realidad. Pero no confundamos cambio con novedad. De momento Vladimir Putin está demostrando que el siglo XXI es más manejable bajo la luz del pensamiento y acción política de los príncipes renacentistas, que con las fórmulas políticas en boga. Lector si accedes a leer este artículo, olvídate de las fechas y los tiempos y acomódate en la Europa de il quattrocento.

Diplomacia dura en los Balcanes

Nunca intentes ganar por la fuerza lo que puede ser ganado por la mentira. Maquiavelo

Rusia ha buscado durante mucho tiempo socavar la autoridad de la Oficina del Alto Representante en los Balcanes (OAR) y con ello también quebrantar los Acuerdos de Dayton de 1995 de los que surgieron la República Federal de Bosnia y Herzegovina compuesta por la Federación de Bosnia-Herzegovina y la República de Bosnia Srpska.

La OAR es la institución garante de los acuerdos y el apaciguador de un conflicto renovado y vigente. Dado que la OAR tiene pleno respaldo de Estados Unidos y la UE, el Kremlin la atacó eliminando toda mención del papel estabilizador de la OAR de una resolución anual del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para renovar la misión de mantenimiento de la paz liderada por la UE en Bosnia-Herzegovina el 3 de noviembre. De este modo, Rusia debilitó la autoridad política y la capacidad de la OAR para trabajar con fuerzas de mantenimiento de la paz, lo que obstaculiza su capacidad de mediar entre las instituciones componentes de Bosnia y Herzegovina. El Kremlin describe la OAR y los acuerdos como ilegítimos, impuestos a Bosnia por el orden mundial dominado por Occidente; por lo que a menudo busca apoyar a la República de serbio-bosnia de Srpska – su aliado clave-, para minar los esfuerzos de la UE y la OTAN para preservar los Acuerdos de Dayton.

Moscú aprovechó además, el primer nombramiento de un nuevo alto representante en 12 años en el verano de 2021. La junta directiva de la OAR había nombrado al alemán Christian Schmidt para el cargo. Rusia arremetió solicitando al Consejo de Seguridad de la ONU que aprobara una resolución para cerrar permanentemente la OAR el 31 de julio, un día antes del primer día en el cargo de Schmidt el 1 de agosto. El Kremlin argumentó sin éxito que el nombramiento de Schmidt era ilegítimo ya que se hizo sin consultar al Consejo de Seguridad, pese a que la ONU no tiene autoridad legal sobre los nombramientos de la OAR.

Se sumó a esto la amenaza de secesión de Milorad Dodik, el miembro serbio de la Presidencia tripartita de la federación, en julio y octubre de 2021, lo que permitió al Kremlin atacar la legitimidad de la OAR. Dodik quien representa a la República Srpska -el gobierno del componente de mayoría serbia- reiteró el deseo de separarse de Bosnia-Herzegovina después de que el antecesor de Schmidt aprobara el 23 de julio una ley que permitía penas de prisión por negar el genocidio perpetrado por Serbia en 1995.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia respaldó a Dodik y afirmó que la ley de la OAR se inmiscuía en la soberanía de Bosnia-Herzegovina. Dodik afirmó que el ejército, la administración tributaria y el sistema judicial de la República Srpska se separarían completamente del gobierno central de Bosnia-Herzegovina para fines de noviembre de 2021. Sin pérdida de tiempo el gobierno ruso condenó las críticas internacionales a las declaraciones de secesión como «demonización del pueblo serbio«. Asimismo el Kremlin utilizó la respuesta de Dodik a la prohibición de la negación del genocidio para argumentar la necesaria desvinculación de la OAR de las operaciones de mantenimiento de la paz; lo hizo durante el debate anual de la ONU sobre el papel de la OAR en la misión de mantenimiento de la paz de la UE en Bosnia-Herzegovina. Rusia también impidió que Schmidt presentara un informe clave al Consejo de Seguridad de la ONU sobre la importancia de mantener la misión de mantenimiento de la paz de la UE en Bosnia-Herzegovina el 3 de noviembre. De momento el veto a citar a la OAR en la renovación de las misiones de paz en el sector y el bloqueo a nuevo Alto Representante continúan, así como las amenazas de secesión. Dodik ha amenazado repetidamente con separarse de Bosnia-Herzegovina en el pasado y es poco probable que se separe de Bosnia-Herzegovina a pesar de su retórica.

Las operaciones del Kremlin apuntan más a influir en las elecciones generales bosnias previstas para octubre de 2022, que ha promover la reanudación del conflicto de los Balcanes. El interés de Dodik -con apoyo ruso- es coaccionar a la UE para que debilite aún más la OAR y revertir la ley contra la negación del genocidio perpetrado por Serbia, pero difícilmente quiera un conflicto renovado en Bosnia-Herzegovina.

El plan del Kremlin buscaría poner fin a la misión de mantenimiento de la paz encabezada por la UE en Bosnia-Herzegovina, expulsar la sede de la OTAN en Sarajevo y aumentar su influencia en los Balcanes. El éxito en el desacoplamiento de la OAR de las operaciones de mantenimiento de la paz de la UE debilita la legitimidad de la OAR y disminuye una palanca clave de estabilidad apadrinada por Estados Unidos y la UE en la Federación. Moscú no intenta reiniciar el conflicto en Bosnia, de momento busca debilitar aún más las estructuras occidentales estabilizadoras en los Balcanes y promover  una mayor influencia de la República Srpska, conservando la opción de intensificar retóricamente la crisis.

Gas en el Cáucaso y el Danubio

Los hombres se conducen principalmente por dos impulsos; o por amor o por miedo. Maquiavelo

El 19 de octubre el Kremlin aseguró un nuevo acuerdo de gas y promesas de mayor integración económica en un Foro Interregional Rusia-Armenia. Busca así integrar a Armenia en organizaciones bilaterales y regionales como la Unión Económica Euroasiática (UEEA) y otros acuerdos económicos, para cimentar la influencia de Moscú en el Cáucaso. Es probable que además aumente su influencia económica sobre Armenia al ampliar la inversión en infraestructura durante los próximos años. El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, pidió una mayor integración económica armenio-rusa tanto a nivel bilateral como a través de la UEEA durante el foro. Armenia y Rusia acordaron un nuevo precio no especificado para el gas natural ruso proporcionado a Armenia, aunque varias cuestiones, como el mantenimiento de las centrales eléctricas, siguen sin resolverse. En las negociaciones en curso sobre el suministro de energía el ministro ruso de Desarrollo Económico, Maxim Reshetnikov, aseveró que las empresas rusas están dispuestas a invertir mil millones de dólares en la economía armenia en los próximos años.

Al mismo tiempo, el 29 de octubre Rusia aprovechó con éxito la dependencia energética de Moldavia de su gas para limitar la agenda de integración de la Unión Europea (UE) del nuevo gobierno moldavo de tendencia occidental y le obligó a firmar un nuevo acuerdo de suministro de gas por cinco años, el contrato de suministro de gas a Moldavia firmado el 29 de octubre renovó otro que habría expirado el 31 de octubre. Primero el Kremlin elevó los precios del gas para Moldavia en octubre y amenazó con cortar el suministro de gas el 1 de diciembre. Luego ofreció reducir los precios del gas si Moldavia modificaba su acuerdo de libre comercio con la UE, posponer las reformas de liberalización del mercado del gas, que son un requisito para una mayor integración de la UE, y pagar los atrasos en disputa a la compañía de gas rusa Gazprom.

La acción rusa combinó la campaña de presión energética con una de información que buscaba socavar la confianza pública en la presidenta pro-occidental Maia Sandu, quien asumió en diciembre de 2020. El gobierno de Sandu no tenía alternativa ante la presión y los malos tratos de Gazprom, y tuvo que permitir que mantuviese la arraigada dependencia económica de Moldavia de Rusia.

Rusia Blanca y Rusia Imperial 

De los seres humanos en general, se puede decir que son hipócritas y codiciosos. Maquiavelo

Rusia y Bielorrusia finiquitaron tres acuerdos de cooperación militar en Moscú el 20 de octubre. Los tres promueven los esfuerzos rusos durante 2021 para expandir la creciente presencia militar de Rusia en Bielorrusia y establecen las condiciones para un probable despliegue ruso permanente en Bielorrusia.

El ministro de Defensa ruso, Sergey Shoigu, y su par bielorruso, Viktor Khrenin, renovaron el acuerdo para las dos bases de radar rusas existentes en Bielorrusia hasta 2046. Se acordó una nueva doctrina militar del Estado de la Unión y aprobaron un plan de cooperación militar bilateral para 2022. Decisiones refrendadas formalmente durante una reunión del 4 de noviembre entre Putin y Lukashenko.

Aunque la doctrina militar y el plan de cooperación del Estado de la Unión no están a disposición del público, es conocida la intención de Putin de restablecer una fuerza militar unificada de los países aliados –ex URSS- bajo el mando centralizado de Moscú, como lo indica el término repetido “Unión”. En esta porción la nueva doctrina militar del Estado de la Unión debe formalizar conceptos operativos para la Agrupación Regional de Fuerzas Ruso-Bielorrusa y las nuevas patrullas aéreas conjuntas ruso-bielorruso. El plan de cooperación militar para 2022 seguramente aumentará el ritmo y la escala de los ejercicios conjuntos ejecutados a lo largo de 2020 y 2021. La nueva doctrina militar y el plan de cooperación de 2022 están proyectados a afianzar los preparativos rusos y bielorrusos para el ejercicio conjunto «Escudo de la Unión» en 2023.

En el acuerdo del 4 de noviembre el presidente ruso Vladimir Putin y el presidente bielorruso Alexander Lukashenko ratificaron un paquete de 28 hojas de ruta de integración y junto con la nueva doctrina militar conjunta, un hito en la campaña del Kremlin para integrar a Belarús bajo el Estado de la Unión dominado por el Kremlin. Las hojas de ruta ratificadas crean principalmente regulaciones y medidas para unificar las políticas monetarias y fiscales ruso-bielorrusas en el marco del Estado de la Unión, una organización supranacional entre Rusia y Bielorrusia y que, de momento, está excluida del Kremlin. Lukashenko y Putin aprobaron previamente el contenido de las hojas de ruta el 9 de septiembre, pero esperaron para ratificarlas. La aceptación de Lukashenko de las hojas de ruta del Estado de la Unión es una concesión importante al Kremlin. Rusia y Bielorrusia negociaron las proyecciones conjuntas durante gran parte de 2021, y Lukashenko se negó previamente a firmar ninguna hasta que las 28 se finalizaran, como táctica dilatoria, lo que muestra alguna desconfianza por parte del bielorruso. El Kremlin aseguró la aceptación de Lukashenko intensificando la presión militar rusa sobre Bielorrusia y prometiendo apoyo económico para contrarrestar las sanciones occidentales. Moscú renovará e intensificará la presión contra Lukashenko para formalizar más concesiones de integración cuando Lukashenko celebre un referéndum nacional planificado sobre una nueva constitución bielorrusa en febrero de 2022.

Pocos días después del acuerdo Bielorrusia intentó forzar a miles de migrantes del Medio Oriente a cruzar la frontera con Polonia el 8 de noviembre, una escalada importante en la maniobra respaldada por el Kremlin para presionar a la UE con el tráfico de migrantes.

El personal de las fuerzas de seguridad bielorrusas ordenó a unos 2.000 migrantes que cruzaran el cruce fronterizo de Kuźnica-Bruzgi en Polonia el 8 de noviembre, proporcionándoles instrucciones y herramientas para destruir vallas. Los agentes bielorrusos ya habían comenzado a facilitar el viaje de migrantes a Polonia y los estados bálticos en junio de 2021, pero el número de migrantes en cruces anteriores de un solo día era de unos pocos cientos. Esta vez fue diferente. Miles de migrantes permanecen en la frontera en campamentos improvisados y varios grupos más pequeños han continuado intentando cruzar desde el 8 de noviembre. En respuesta las autoridades polacas desplegaron más de 12.000 soldados en la frontera con Bielorrusia y elevaron el nivel de alerta de su fuerza territorial. Los Ministros de Asuntos Exteriores de la UE se reunirán para discutir las respuestas a la crisis y posibles nuevas sanciones contra Bielorrusia. El Kremlin está permitiendo, si no controlando directamente, la escalada de Bielorrusia contra Polonia en la intención de presionar a la UE y apoyar la desinformación que se imputa a una campaña de la OTAN para destruir Bielorrusia.

El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Lavrov, exigió a la UE que preste ayuda financiera a Bielorrusia para alentarla a detener la entrada de inmigrantes en la UE, arguyendo que la UE debería apoyarla de la forma en que apoyó a Turquía con los inmigrantes sirios en 2016. Esta es una equivalencia falsa, ya que Bielorrusia es el transporte directo de migrantes de Irak a través de las fronteras vecinas. El Kremlin también está explotando la crisis fabricada para acusar falsamente a la OTAN de agresión contra Bielorrusia, una operación de información en curso que el Kremlin lanzó en el otoño de 2020. Putin y Lukashenko, mantuvieron una conversación telefónica el 9 de noviembre para hablar de Polonia y expresaron su preocupación sobre Polonia y las tropas reunidas en la frontera. Es probable que el Kremlin continúe apoyando el tráfico de migrantes bielorrusos para presionar a la UE para que reduzca las sanciones contra Bielorrusia. De momento es poco probable que el Kremlin utilice su crisis fabricada para justificar operaciones de fuerza contra Polonia, pero conserva la capacidad de hacerlo en el futuro.

Los pobres Talibanes

Los hombres en general juzgan más por las apariencias que por la realidad. Todos los hombres tienen ojos, pero pocos tienen el don de la penetración. Maquiavelo

Moscú ha reformulado su política sobre las respuestas internacionales a Afganistán en octubre para enfatizar cada vez más la necesidad de ayuda de las Naciones Unidas en Afganistán, en la intención de aprovechar esa actitud de ayuda como un trampolín para reconocer a los talibanes como el gobierno afgano.

El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, asistió a una serie de reuniones a fines de octubre para recabar apoyo para la ayuda de la ONU a Afganistán y los Estados vecinos. Lavrov se reunió con representantes chinos y paquistaníes el 19 de octubre para discutir la ayuda humanitaria y financiera de emergencia para Afganistán Y el 20 de octubre Lavrov recibió al viceprimer ministro talibán Abdul Salam Hanafi y a representantes de China, el Instituto para Pakistán, India, Irán, Kazajstán, Kirguistán, Turkmenistán y Uzbekistán en Moscú. Todos los participantes pidieron una urgente intervención humanitaria de la ONU en Afganistán.

Los ministros de Relaciones Exteriores de Rusia, China, Irán, Pakistán, Turkmenistán, Tayikistán y Uzbekistán ratificaron otra declaración conjunta más amplia, el 27 de octubre, en la que pedían a la comunidad internacional que ofrezca asistencia humanitaria inmediata a Pakistán, Irán y otros países vecinos que acogen a refugiados afganos. La declaración solicitó especialmente a los países fronterizos con Afganistán que impidan que Estados Unidos y la OTAN establezcan una presencia militar en Asia Central. Lavrov declaró que Rusia planea enviar a Afganistán cantidades no especificadas de ayuda humanitaria consistentes en alimentos, medicinas y bienes básicos en una fecha futura tampoco especificada.

El Kremlin está remodelando su planeamiento para coordinar las respuestas de los estados regionales vecinos a Afganistán centrándose cada vez más en las iniciativas y el involucramiento de la ONU. Una mejor política que su enfoque en julio-septiembre que operaba sobre iniciativas bilaterales y regionales, como la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC ) y la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS).

Este plan político y diplomático encaja en un patrón de intentos del Kremlin de apalancar a la ONU, particularmente a través de los vetos de Rusia y China en el Consejo de Seguridad, para legitimar sus políticas favoritas. En ese plan Moscú también puede estar construyendo las condiciones para reconocer a los talibanes a través de la ONU, bajo la retórica de aliviar un desastre humanitario. En ese sentido, el Kremlin ordenó el 8 de noviembre al personal de los medios de comunicación estatales rusos que dejaran de referirse a los talibanes como una «organización terrorista prohibida en Rusia» y, en su lugar, se refirieran a ellos como una «organización sometida a sanciones de la ONU por actividades terroristas«. Todo indica que al eliminar a los talibanes de su lista de organizaciones terroristas su intención sea reconocer a los talibanes a principios de 2022.

La commedia dell’arte

El presidente ruso, Vladimir Putin, articuló aspectos clave de la campaña del Kremlin para expandir la influencia rusa en las principales organizaciones internacionales en su discurso anual ante el Valdai Discussion Club  en Sochi, el 22 de octubre. Es un grupo de expertos patrocinado por el Kremlin que alberga una conferencia anual en la que participa Putin y pensadores y políticos rusos de alto nivel-la conferencia de alto nivel de la élite rusa-.  Putin dio la bienvenida al surgimiento de la multipolaridad, los intereses propios emergentes de los estados individuales y el «cambio sin precedentes» en el orden mundial occidental a medida que el mundo se aleja de un orden mundial unipolar. Acusó a Estados Unidos de causar la situación actual en Afganistán y de abandonar a los estados miembros de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) al tiempo de hacer frente a las consecuencias de la toma de posesión de los talibanes. Vladimir Putin afirmó que Rusia desea una mayor cooperación internacional sobre COVID-19, el cambio climático y las «crisis en evolución» y culpó a Occidente de intentar imponer sus valores al resto del mundo. Concluyó su discurso alabando a las Naciones Unidas, en particular al Consejo de Seguridad de la ONU, como una organización necesaria para «normalizar» la transición caótica del orden mundial actual. El Kremlin se opone a los cambios que reducen el poder ruso dentro de la ONU y utiliza su influencia en la organización como una herramienta clave de política exterior, como en sus esfuerzos en curso para limitar la influencia occidental en los Balcanes y normalizar las relaciones con los talibanes. Cae el telón. Aplausos.

Grita “¡Devastación!”…pero aún no sueltes todavía a los perros de la guerra.

Todo el mundo ve lo que aparentas ser, pocos experimentan lo que realmente eres. Maquiavelo

El Washington Post informó el 30 de octubre que había una «acumulación» de tropas rusas cerca de la frontera con Ucrania El informe sugería que los despliegues rusos eran similares a los llevados a cabo en la frontera de Ucrania en marzo-abril de 2021. Sin embargo los informes conocidos no respaldan el supuesto de que Rusia ha movido fuerzas adicionales más cerca de la frontera con Ucrania o que una ofensiva rusa contra Ucrania sea inminente. El Ministerio de Defensa de Ucrania declaró el 1 de noviembre que no ha observado ninguna transferencia de unidades, armas o equipos rusos a la frontera con Ucrania, confirmando que los movimientos no constituyen amenaza alguna.

El artículo del Washington Post indicó la presencia de cambios en las operaciones de información de Moscú durante el transcurso de 2021 y especialmente en los últimos días y semanas. Estas mudanzas de tono y retórica podrían presagiar operaciones militares contra Ucrania, aunque probablemente en una escala limitada. Sin embargo, lo más probable es que estén relacionados con establecer la postura del Kremlin antes de la próxima reunión del Cuarteto de Normandía. El Cuarteto de Normandía es un grupo diplomático compuesto por representantes de alto nivel de cuatro países europeos (Alemania, Rusia, Ucrania y Francia) para resolver el conflicto bélico en el Este de Ucrania. El 9 de noviembre Francia denuncio la negativa rusa a participar de una reunión del Cuarteto con la excusa de no haber sido tratada su propuesta, cuando en realidad se la remitió a la propia reunión. La agencia de noticias Tass citó a la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, diciendo que París y Berlín no habían respondido a la propuesta de Rusia de discutir un documento final antes de la reunión. Zakharova también dijo en las redes sociales que Rusia no estaba tratando de frenar la preparación para la reunión de Normandía, sino que «más bien no quiere participar en un evento vacío«.

Haciendo eco de los comentarios de Paris, una fuente del Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania dijo que Moscú estaba asumiendo una conducta de «obstruccionismo» buscando establecer condiciones previas inaceptables para una reunión. Según los alemanes Rusia está tratando de cambiar su propio papel de parte en el conflicto a uno de mediador neutral. Esta posición no es nueva, pero que no es aceptable para Ucrania, Alemania o Francia.

Al mismo tiempo el Kremlin aprovechó dos acciones ucranianas a finales de octubre para hacer avanzar una narrativa falsa de una posible ofensiva ucraniana contra el Donbas (el Bajo Don) ocupado y afirmó que protegerá a los «ciudadanos rusos» en Donbas, empleando esos términos por primera vez en lugar de «rusos étnicos» como hasta ahora.

En el primer caso llevó a cabo una campaña de desinformación para caracterizar falsamente una entrega de ayuda humanitaria ucraniana a una aldea de primera línea en Donetsk como un ataque ucraniano. Elementos de una brigada mecanizada ucraniana escoltaron una entrega de ayuda humanitaria a la aldea de Staromaryivka, ubicada en tierra de nadie en Donetsk, en una acción ejecutada en un solo día. La República Popular de Donetsk, respaldada por Rusia, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia y los medios de comunicación dirigidos por el Kremlin llevaron a cabo una campaña coordinada de desinformación acusando a las fuerzas ucranianas de atacar y ocupar Staromaryivka. Anteriormente afirmaciones falsas de acciones ucranianas se han empleado para apoyar las escaladas en Donbas.

En el segundo caso el Kremlin denunció el primer uso por parte de Ucrania de drones TB2 turcos en combate para reclamar una escalada ucraniana. Las fuerzas ucranianas utilizaron un avión no tripulado TB2 suministrado por Turquía para atacar una posición de artillería proxy del Kremlin en Donetsk el 26 de octubre en respuesta a un bombardeo que mató a un militar ucraniano.

Ucrania compró drones TB2 a Turquía a fines de 2019 y los desplegó en unidades de primera línea en el verano de 2020, pero no los había usado anteriormente en combate. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, declaró que el ataque era prueba de que las antiguas afirmaciones rusas sobre que las ventas de armas turcas a Ucrania podrían desestabilizar el Donbas estaban justificadas. El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, acusó a Ucrania de utilizar la novedad de un ataque TB2 para ocultar sus violaciones de los acuerdos de alto el fuego el 1 de noviembre.

El uso de TB2 por parte de Ucrania en Donbás es un cambio radical en su capacidad para responder a los bombardeos de Rusia, pero es poco probable que el despliegue limitado de drones armados otorgue a Ucrania nuevas capacidades operativas o disuada las operaciones rusas. Sin embargo es esperable que el Kremlin presente de manera cada vez más inflada la adquisición por parte de Ucrania de drones TB2 y otros sistemas de armas tácticas como evidencia de los preparativos ucranianos para llevar a cabo una operación ofensiva contra Donbas.

Como mencionamos, el Ministerio de Relaciones Exteriores afirmó que Rusia está preparada para proteger a los “ciudadanos rusos” en Donbas y que «hará todo lo posible» para proteger sus derechos por primera vez el 29 de octubre, una inflexión significativa en la retórica del Kremlin sobre sus responsabilidades en la zona. Esta es la primera vez que un ministerio ruso ha manifestado de manera destacada su disposición a proteger a los “ciudadanos rusos” -a diferencia de los rusos étnicos-.  El ministerio ruso hizo esta declaración como parte de la campaña de desinformación que afirma que Ucrania recapturó Staromaryivka. Esta operación de desinformación fue posible gracias a la campaña del Kremlin para distribuir más de 600.000 pasaportes rusos a los residentes en la Ucrania ocupada durante los últimos años. Estas acciones del Kremlin tienen la intención de presionar a Ucrania antes de la reunión del Cuarteto de Normandía en los próximos seis meses.

El hiperactivo Kremlin además de actuar como potencia diplomática, víctima de la agresión ucraniana, defensor de ciudadanos rusos, mediador neutral en el Donbas, también es activo actor militar.

Rusia está estableciendo condiciones para llevar a cabo operaciones militares contra Ucrania y o Bielorrusia en las próximas semanas o meses. La Federación Rusa ha desplegado fuerzas militares alrededor de la frontera de Ucrania y cerca de la frontera con Bielorrusia capaces de iniciar operaciones ofensivas en muy poco tiempo y con muy poca advertencia. Las actividades militares rusas, son consistentes con las líneas de esfuerzo no militares del Kremlin contra Ucrania, Bielorrusia, Estados Unidos y la OTAN.

Las opciones militares rusas presentan un variado menú que incluye el despliegue de fuerzas militares convencionales rusas en Bielorrusia con el pretexto de defenderse de la agresión planificada de la OTAN; un despliegue similar de fuerzas militares convencionales en la región de Donbas, aparentemente para adelantarse y prevenir un ataque ucraniano en la región; la invasión de Ucrania más allá de la ocupación de Donbas y Crimea con escenarios que van desde incursiones limitadas hasta un ataque mecanizado a gran escala en Kiev. Lo notable es que todas estas alternativas pueden reforzarse y combinarse entre sí y de ninguna manera se excluyen mutuamente.

En cuanto a las fuerzas rusas en la región desde Bielorusia hasta Ucrania comprenden a elementos del 1er Ejército de Tanques y de los 20, 8 y 41 Ejércitos de Armas Combinadas, además de las Fuerzas Aerotransportadas de Rusia y elementos navales del Mar Negro. Fuerzas poderosas con capacidades plenas para ejecutar cualquier acción en la región.

Es poco probable que esta reciente serie de redistribuciones de fuerzas rusas y escaladas retóricas y de desinformación sea una preparación para una inminente ofensiva rusa contra Ucrania o en Bielorusia. Sin embargo, establece las condiciones para un aumento de presión en Kiev y en Minsk, contando con el mérito continuo de una observación cercana pero sobria.

La frecuencia de los principales ejercicios y redespliegues militares rusos aumentó durante el 2021. Varias acciones rusas a lo largo del año han provocado alertas sobre acciones ofensivas importantes que no ocurrieron. Este patrón de maniobras rusas cada vez más frecuentes y escaladas discursivas continuará, y será fácil para Occidente caer en una de dos trampas: advertencias excesivamente alarmistas de inminentes ofensivas rusas aunque es poco probable que ocurran, o complacencia y falta de atención a las acciones rusas. El Kremlin tiene la intención de producir ambos efectos, lo que le permite intimidar a Ucrania y la OTAN y, al mismo tiempo, establecer una nueva normalidad de ejercicios rusos continuos, que generará una Maskirovka ocultando movimientos peligrosos actuales y futuros. Occidente debería continuar monitoreando, discutiendo públicamente y evaluando las acciones rusas, incluso si no son los peores escenarios.

¿Y qué está haciendo Occidente?

La experiencia siempre ha demostrado que jamás suceden bien las cosas cuando dependen de muchos. Maquiavelo

El Reino Unido y Ucrania firmaron un acuerdo de préstamo de 1.700 millones de libras para el desarrollo de la armada ucraniana el 12 de noviembre. El acuerdo estipula que el Reino Unido transferirá dos barreminas de la Royal Navy a Ucrania, y producirá conjuntamente ocho barcos de misiles. Entregará y adaptará los sistemas de armas en los buques ucranianos existentes, producirá una fragata ucraniana y proporcionará apoyo técnico para la construcción de la infraestructura naval de Ucrania. Estando fuera de la UE parece que la prioridad británica son los negocios o tal vez la de ser un agente externo al servicio de sus antiguos socios.

En los Estados Unidos el secretario de Defensa Lloyd J. Austin III se reunió con el Ministerio de Defensa de Ucrania Oleksii Reznikov en Washington el 18 de noviembre. Los dos funcionarios acordaron trabajar en estrecha colaboración para promover las prioridades compartidas descritas en el Marco de Defensa Estratégica de Estados Unidos y Ucrania firmado el 31 de agosto. Austin manifestó interés en profundizar la cooperación en la seguridad del Mar Negro, la ciberdefensa y el intercambio de inteligencia.

También los Estados Unidos impusieron nuevas sanciones contra Nord Stream 2 el 22 de noviembre. El secretario de Estado Antony Blinken anunció que el Departamento de Estado presentó al Congreso una lista con dos buques y una entidad vinculada a Rusia involucrados en el oleoducto para ser sancionados.

Es posible que la administración Biden esté considerando enviar asesores militares y armas a Ucrania. La marina de Ucrania recibió dos antiguos botes patrulleros de la Guardia Costera de Estados Unidos el 23 de noviembre.

Los ministros de Relaciones Exteriores de Francia, Alemania y Ucrania celebraron una reunión de trabajo en Bruselas el 15 de noviembre. Francia y Alemania emitieron una declaración conjunta en apoyo de la independencia, soberanía e integridad territorial de Ucrania. Francia y Alemania pidieron a Ucrania que implemente los Acuerdos de Minsk y lamentaron que el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, se haya negado a reunirse a nivel ministerial para una reunión del Cuarteto de Normandía.

Alemania suspendió temporalmente la certificación de Nord Stream 2 el 16 de noviembre. Según se informa, el regulador de energía de Alemania suspendió el proceso porque un consorcio con sede en Suiza detrás de Nord Stream 2 supuestamente primero necesitaba formar una compañía subsidiaria alemana bajo la ley alemana para obtener una licencia de operación. Los reguladores alemanes declararon que no reanudarían el proceso de aprobación hasta que la empresa Nord Stream 2, que está registrada en Suiza, transfiera sus principales activos y presupuesto de personal a su filial alemana.

Los funcionarios franceses emitieron declaraciones contundentes contra la ofensiva rusa en Ucrania en noviembre. El ministro de Defensa ruso, Sergey Shoigu, y el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, asistieron a la reunión del Consejo de Cooperación de Seguridad ruso-francesa con el ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, y la ministra de Defensa, Florence Parly, en París, Francia, el 12 de noviembre. Los ministros ruso y francés reiteraron la necesidad de cumplir con los Acuerdos de Minsk. Los ministros discutieron la no proliferación nuclear y el control de armas, la prevención de una carrera de armamentos en el espacio exterior, las relaciones Rusia-UE y Rusia-OTAN, y otros temas. Le Drian y Parly advirtieron al Kremlin de «graves consecuencias relacionadas con cualquier nuevo daño a la integridad territorial de Ucrania» en una declaración conjunta de los ministros franceses. Le Drian concedió una entrevista el 21 de noviembre en la que reiteró que “cualquier violación [rusa] de la frontera [ucraniana], cualquier intrusión, tendría consecuencias extremadamente graves”.

Comparando el accionar de ambas partes parece que no alcanza una amenaza inconcreta.

Todas las cuestiones relatadas están en constante movimiento, por lo que este artículo es sólo un fotograma de una larga película donde todo puede suceder y con más actores que los mencionados. Un mundo de tanta actividad veloz e impredecible exige de actores y acciones políticas que estén a su altura.

Si Maquiavelo hubiese conocido en su tiempo a Vladimir Putin es muy probable que lo hubiese tomado como modelo de El Príncipe junto a Fernando de Aragón y hasta hubiesen sido grandes amigos mientras escribían el segundo tomo.

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